Voy a reconstruirme y hacer de mi piel la frontera de este alma que me habita, cerrar los ojos y dejar caer el agua de mis manos sobre la tinta de mi piel, ser fuerte... O eso digo, para convencerte, claro, porque quizá así me dejes tranquila y pueda encerrarme en mi mente un poco más, lejos de ti, del mundo y de vuestro ruido ensordecedor.
Acaricio el agua con dos dedos, no hay a penas luz y suena en bucle esa canción de Cat Power que tú ni siquiera conoces, no hay ropa que cubra mis cicatrices, llevo un mapa estelar dibujado a boli en el vientre, mi espalda está cubierta por el esqueleto de mis alas, hay flores flotando sobre mi tumba y creo ver a mi enemigo en el reflejo del agua, no sé...
Me dejas sola en el baile, descalza y sin pareja pero nadie se da cuenta y consigo salir corriendo, no he dejado de correr, no he dejado de ser incapaz de sentir algo, de sentir miedo, quiero estar asustada y sentir...
Dijiste que tenía demasiados problemas para poder quererme, que todo lo que sucedió fue mi culpa y que las personas no se van de mi lado, sino que yo las hago huir... Si supieses lo poco que me importa que hables de mi soledad, que me culpes, que me hagas llorar... Yo no lloro. Nunca lloro, sólo me dejo caer en forma de lluvia si traes a mi mente la tormenta.
Tú siempre traes a mi me mente la tormenta.
Tú siempre estás en mi mente.
Tú eres la tormenta.
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