Soy... una calavera agrietada por llevarme las manos a la cabeza, una jaula llena de aves negras en busca de una salida, el reloj de bolsillo parado en el minuto eterno, estancado en el mismo momento, el tiempo... camina lento y de espaldas ante mis ojos, intento alcanzarlo pero yo camino en sentido contrario sobre esta cinta mecánica y se aleja, y yo me quedo afónica y me gritas... pero... yo ya no escucho nada, estoy a metros de profundidad bajo el agua de mi bañera que se desborda y yo, te miro, te veo, burbujas escapan de mis labios mientras cierro los ojos...
Abro los ojos, un parpadeo caminando en la fina línea que separa lo efímero de lo eterno, abro los ojos y te miro, y te veo, y siento entrelazar tus dedos con mis dedos, tu mano en mi cintura; bailamos, sin saber bailar bailamos.
Te sonrío y te susurro: no te alejes de este horizonte por favor
Alzo la vista vi tu rostro.
Volviste a desaparecer entre el humo del cigarro y me pregunto ¿dónde coño estás?
Te sonrío y te susurro: no te alejes de este horizonte por favor
Alzo la vista vi tu rostro.
Volviste a desaparecer entre el humo del cigarro y me pregunto ¿dónde coño estás?
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