Aún puedo ver las pastillas que lancé por la ventana aquella noche, esparcidas por la acera, mientras un río de whisky o ron bailaba calle abajo. Aquella inolvidable noche en la que gritamos tanto que la afonía se apoderó de nuestras ideas... te hablé de aquellos cadáveres quienes permanecen golpeando mis fronteras, intentando acceder a mis ruinas, oscurecen más y más el gélido ambiente que hay de mis clavículas para abajo, una niebla o un humo denso y blanco, como el humo de un cigarro que no puedo exhalar...
Ahogándome.
Cayéndome mientras sube la marea de mi bañera, desangrando las heridas, anestesiando este dolor con química que cierra y abre mis pupilas...
Sonrío mientras me sumerjo y aunque tú no estás aquí sigo teniendo tus manos en mi cuello.
Ahogándome.
Cayéndome mientras sube la marea de mi bañera, desangrando las heridas, anestesiando este dolor con química que cierra y abre mis pupilas...
Sonrío mientras me sumerjo y aunque tú no estás aquí sigo teniendo tus manos en mi cuello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario