jueves, 5 de junio de 2014

Backwards

Hoy el cielo se ha oscurecido, repleto de nubes de tormenta que traían un viento que ha desordenado la ciudad, he abierto las ventanas de par en par. Hoy, no hay terrazas ni azoteas, no hay poesías bonitas ni palabras feas, no hay ojos pintados pero si emborronados, no hay uñas perfectas, arrancadas por los nervios, me han sangrado hasta los labios... finalmente, se han desbordado mis dos ríos negros... hoy, he abierto las ventanas de par en par y me he quedado ahí, apoyada, contemplativa, inmóvil, sintiéndome inútil e inerte, viendo como el cielo se cerraba como un gran telón, dejando que el aire moviese mi pelo mientras el sol desaparecía en tenues destellos casi traslúcidos; cerré los ojos, tomé aire inclinando mi cabeza hacia atrás y al volver a alzar la vista apoyé mi cuerpo en esa fina base, en la cornisa, en la cornisa del piso 23.

Aún puedo ver las pastillas que lancé por la ventana aquella noche, esparcidas por la acera, mientras un río de whisky o ron bailaba calle abajo. Aquella inolvidable noche en la que gritamos tanto que la afonía se apoderó de nuestras ideas... te hablé de aquellos cadáveres quienes permanecen golpeando mis fronteras, intentando acceder a mis ruinas, oscurecen más y más el gélido ambiente que hay de mis clavículas para abajo, una niebla o un humo denso y blanco, como el humo de un cigarro que no puedo exhalar...

Ahogándome.

Cayéndome mientras sube la marea de mi bañera, desangrando las heridas, anestesiando este dolor con química que cierra y abre mis pupilas...

Sonrío mientras me sumerjo y aunque tú no estás aquí sigo teniendo tus manos en mi cuello.

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