jueves, 13 de diciembre de 2012

El billete del metro en el que te fuiste.

Volvería a vivir todo lo que he vivido, y a equivocarme otra vez en los mismos errores, para volver a llegar a este momento. Volver a llegar a conocernos, a estar juntos, a vivir todo lo vivido...

Desde aquí arriba y en camisa y calcetines, como mirando las nubes para elegir una y dormirme en ella, el viento de las alturas, incalculable e indescriptible, no es un frío intenso pero me mueve el pelo y cierro los ojos sin pensar en absolutamente nada más que en ti, siento como si pudiese volar, entre el suelo y la caida vertical, entre tus ojos y los mios, tus labios y los mios, un reducido espacio para respirar de tus pulmones, para que tires de los brazos de mi alma y prender con la mecha de una vela nuestros sueños. Nada importa. El tiempo no pasa cuando estoy contigo y cuando nos queremos dar cuenta se ha hecho tarde para el resto del mundo, para el resto de nuestra suma...

Un paso tras otro, manteniendo el equilibrio, mirando el horizonte, Madrid deslumbrando a las propias estrellas, un paso tras otro sobre los cables, una duda, pierdo por un instante el equilibrio, desde el ático, cornisa, mirador, azotea; al borde del mundo, sobre los cables Madrid se apaga, el cielo se funde y solo queda la luna, espejo para el sol vanidoso. ¿Yo?. Yo caigo al vacío, cierro los ojos y cuando los abro te estoy mirando, mientras me explicas los millones de motivos que tienes para no quererme, quiza los tengas para odiarme, grandes razones para hacerme llorar.

Sigo deseando que el tiempo no pase, aún si me estas hiriendo, porque cuando pase este momento, no habra mas momentos contigo y volvería a vivir todo lo que he vivido, y a equivocarme otra vez en los mismos errores, para volver a llegar a este momento.
Volver a llegar a conocernos, a estar juntos, a vivir todo lo vivido... Y aunque sea... volver a decirte adiós.

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