viernes, 28 de diciembre de 2012

Como dibujos desanimados.

Se nos rompió el sonido al impactar contra el suelo. Ella, que soy yo, quedó en silencio y fue quien cortó los cables con un cristal que al quebrarse cayó a las baldosas, y te miré con los ojos de "jamás me lo perdonarás", lo sé, pero no importa demasiado si nos movemos en la cuerda de lo cínico, ¿no crees?.

Somos dibujos inanimados buscando las estrellas, buscando ese sonido, impacientando al tiempo...
Aun la recuerdo con los nervios entre los dedos, tras el cristal del autobús dibujando interrogaciones en el suelo con la punta del zapato. Un café en el que se refleja el contaminado cielo de esta ciudad y los tejados de los bloques; la voz singular de ese cantante al que solo cuatro escuchamos porque solo dos lo entendemos de verdad.

Cerrar los ojos, sentir el viento de las alturas... ¿y dónde estamos?, ¿y qué más da?, si eres feliz o si al menos olvidas la tristeza y tus motivos para llorar, podríamos estar en el horizonte de cualquier lugar, podríamos estar perdidos en el mar... ¿y qué más da?, si aquí no hay ruido, sin gritos que se rompan contra el suelo, sin cristales... solo estrellas, la espuma de las olas borrando nuestras huellas, inundándonos los pasos. Sin necesidad de alcohol, más etílicas que las palabras, que las alas que aportan las miradas, no existe licor, más dulce que la saliva de los besos...

Quizá yo estoy equivocada, pero este es un gran error... ¿no crees?

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