jueves, 20 de diciembre de 2012

Lunáticos solares

    Cuando perdí la noción de la realidad y la ficción, de la verdad y la mentira y comencé a dudar de lo que mis propios ojos veían, mirándote a los ojos perdí lo poco que quedaba en mí de lógica.
    Nunca solté el acelerador del coche, no quise dejar de sentir el viento en los parpados, correr con los ojos cerrados o con la mirada perdida en las promesas de un lúnatico, a veces solo necesito gritarle al espejo que: ¡por qué eres tan idiota!; y como voy a contestarme, me quedo tan callada como antes, descosiendo verdades y promesas, atando dudas como nudos en el lazo de un suicida, como la de un suicida inmortal es mi agonia; ya no me sorprenden las estrellas fugaces de tu cielo, no me sorprende el brillo de tus galaxias, ni tus poemas cósmicos.
   Frente a un público desalmado este desastre de actuacción, con una silla y tu juego de corbatas atándome las manos, me clavas botellas de vidrio rotas por las noches de copas quiza... quien sabe, solo son cadáveres con los labios cosidos y los ojos bien abiertos, para no perder detalle del momento en que me pidas perdón.
    El ilusionista que acabo su función haciéndome desaparecer el corazón de entre las manos para poder aplaudirle con entusiasmo, y tarde, darme cuenta de que sin corazón no puedo bañarme las arterias del neón que me ilumine entre las sombras de la madrugada. Brillar como una estrella en el cielo de tu boca, al borde de tus labios, saltando al vacío sin perder la esperanza de caer en tus sueños.

1 comentario:

  1. Hola Esther, interesant espacio el tuyo, un placer
    si te gusta la poesía, la palabra inédita
    te invito a mis blogs.
    que el nuevo año te llene de paz y felicidad.
    ¡¡Feliz año 2013!!
    Saludos.

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