domingo, 19 de mayo de 2013

Midriasis.

Morir con la palabra ente los labios, ya no en la punta de la lengua, saltando al vacío; un grito intenso como un orgasmo. Espero que antes de ver mi cuerpo frío y pálido, encuentres mis palabras de oro, atadas a las comisuras de mi boca con cadenas; las mismas que me tienen sujeta a esta postura indefinida, indecisa entre el sexo y el amor; ¿y la mentira?... nos mueve. La inercia que ahora me ahoga y sola hago balance dejando que colisiones conmigo, me fundo en tu fuego, se prende mi piel de papel y escapo siendo el humo que bailando huye entre tus labios. Dejas mis ojos como cristales, estáticos mirando el infinito y dibujándolo con la yema de mi índice derecho en tu espalda.

Hoy he parado el tiempo.
Te besé bajo la tormenta de Mayo - Es lo último que recuerdo.
Hoy el tiempo me ha detenido, me he alejado sin mirar atrás arrastrando los tacones por el asfalto, el frío y la soledad de la calle a las dos de la mañana, las medias rotas, la luna llena y mis botellas tan vacías... no siento el golpe de las lágrimas contra el bordillo, no puedo despertarme y tú ya no estás para abrazarme mientras desmayada sueño que todo es más perfecto, tú ya no estás y nadie me grita "¡vuelve!", ¿y si nadie quiere que vuelva?, ¿y si soy yo quién no quiero?

Aquí es plácido el tacto de las agujas como plumas atravesándome la piel, me siento un hada, siento que vuelo; que soy la proyección de un deseo evaporándose entre luces de colores y sonidos estridentes.
¿Dónde has estado? Has cambiado y ahora te odio. Suena en tu cabeza y me lo dirías zarandeándome, agarrándome de los hombros y clavando esas dagas que tienes como pupilas en el fondo de mis ojos pero te lo callas y lo leo en tus brazos cruzados, tus ojos fijos en mis labios, tus labios cerrados como cosidos por el asco que te infundo y no me importa cielo, no me importa. 


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